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Bienvenidos a...

¡Venga y pruebe! 

Carne y pollo asado, mute, pescado y lo mejor de la comida santandereana, preparada por mujeres fuertes y llenas de energía, se encuentran en el restaurante. Cada trabajador lo concibe como su ‘segundo hogar’. No hay día que no lleven a sus casa una sonrisa, anécdotas.  Se apoyan y terminan su jornada laboral cansados y satisfechos de haber complacido  a cada cliente.

¡Venga y pruebe! 

Conozca la historia de Publio Cárdenas

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El que visita el restaurante La Brasa conoce su historia porque la tiene plasmada en una fotografía. Este boyacense es el empleado más antiguo, llegó hace 30 años a este lugar considerado como un patrimonio no oficial de Bucaramanga.

El ‘corazón’ o centro de Bucaramanga empieza a latir desde las 5:15 de la mañana cuando diferentes establecimientos como la plaza de mercado, las ventas ambulantes, restaurantes, ferreterías y drogue- rías, entre otros, abren las puertas a su público.

La avenida del Libertador o carrera 15 articula el norte con el sur de la ciudad. Esta vía co- mienza a la altura de la calle 1 en el sitio conocido como La Vir- gen y termina en la avenida La Rosita, cuyo punto central es la diagonal 15.

En este trayecto, en la esquina de la calle 31 con carrera 15, se encuentra ubicado hace más de cuarenta años el restaurante La Brasa, considerado patrimonio no oficial por los habitantes del sector. Su carta de presentación es una fachada sobria que muy poco ha variado con el paso del tiempo y dos empleados que recitan desde la siete de la mañana al unísono a los clientes que lo visitan: “¡Bienvenidos a La Brasa, a la orden!”.

Cuando el reloj marca las 6:30 de la mañana, Publio Cárdenas Pinzón se encuentra caminando la plaza de mercado del centro, ubicada a dos cuadras del restaurante, entre las ca- lles 33 y 35.

Antes y después

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